Parece que este perro es descendiente directo del antiguo Black and Tan terrier y que, sucesivamente, fue mejorado un poco en la forma con el aporte de otras razas (siempre terrier) y que después, a su vez, contribuyó a la creación del Fox de pelo duro. Orígenes, por tanto, muy antiguos. Sin embargo, la constitución del Club del Welsh Terrier se llevó a cabo en 1885. Apenas un año después, siguió el reconocimiento oficial de la raza por parte del Kennel Club inglés. Desde entonces, este excelente terrier de trabajo se difundió con extremada rapidez, primero en Europa y, más tarde, en los restantes continentes, logrando un éxito que en la actualidad es cada vez mayor. En términos generales, puede decirse que se trata de una de las razas terrier más afirmadas y a la cual los criadores dedican mucho tiempo, no resultando difícil ver, en grandes exposiciones caninas internacionales, a un Welsh terrier ganador absoluto entre todas las razas.